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Conmemoración día internacional contra la violencia doméstica 25 de Noviembre

 

   Esta Institución se encuentra abocada a promover abordajes y Políticas Públicas, sobre la Violencia Domestica, respetando los Derechos Humanos de sus usuarios/as, garantizando su participación y seguridad en los programas e intervenciones, así como desarrollar en estos un modelo de convivencia libre de violencia.
   El Derecho a la Salud es un derecho humano fundamental, consagrado y desarrollado desde la Declaración Americana de los Derechos del Hombre y la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el año 1948, fue consagrado en 1946 en la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, el Estado Uruguayo ha ratificado y se ha obligado a promoverlo, respetarlo y defenderlo, éste se encuentra plasmado en el artículo 44 de nuestra Constitución.
   La violencia doméstica comporta graves riesgos para la salud de las víctimas tanto a nivel físico como psicológico y otras formas de ella.
   Las Instituciones y profesionales sanitarios no podemos permanecer ajenos a este importante problema de salud pública.
   Nuestra intervención es necesaria en la prevención, en la detección, en el tratamiento y en la orientación de este complejo problema, en el que es imprescindible un abordaje integral, y coordinado con otros profesionales e instituciones.
   Evidentemente, para prevenir la Violencia Domestica hay que afrontar las causas estructurales y sociales que sustentan las desigualdades de género, sociales y económicas ancladas en la estructura de nuestra sociedad, pero no por ello inamovibles.       
   En este contexto los sanitarios sólo somos un pequeño eslabón de la gran cadena necesaria para abordar eficazmente el problema de la Violencia Doméstica, pero eso no nos exime de la parte de responsabilidad que nos concierne, siendo sensibles al problema y asumiendo nuestro papel en la detección, en el tratamiento y apoyo a las víctimas.
   En el abordaje de la Violencia Doméstica  es especialmente importante saber que es un problema multidimensional y que nuestra actuación solo será efectiva si trabajamos en coordinación con los muchos profesionales e instituciones que tienen un papel en el problema.
   La violencia doméstica, no es un problema nuevo pero, sin duda alguna, podemos considerarlo un problema cada vez más próximo. Y no solo debido a la importante repercusión que en los medios de comunicación tienen los dramáticos sucesos de mujeres maltratadas, sino debido al hecho de que la violencia doméstica haya dejado de considerarse un «asunto privado» y empiece a reconocerse como un «problema de salud».
   Este reconocimiento como problema de salud pública es el paso básico e imprescindible que permite avanzar en la búsqueda de soluciones.
    De este modo, realizando nuestro trabajo cotidiano como profesionales sanitarios percibimos que, en el conjunto de las necesidades de salud de la población, la violencia doméstica aparece de manera emergente constituyéndose en un nuevo reto para dar respuestas eficaces de abordaje e intervención desde el sistema sanitario.
   En el caso de la violencia doméstica, las actividades preventivas se colocan en un primer plano una vez que investigamos las fórmulas que deben conducirnos a la resolución de este problema.
   Concretamente, la  detección precoz se presenta como el objetivo más relevante de la intervención dirigida desde el primer nivel de atención sanitaria.
   Nos encontramos ante un problema complejo, tanto en su génesis como en su desarrollo, que deriva en graves consecuencias de índole física psicológica y de relación social para las personas afectadas y para sus entornos familiar y comunitario.
   Nuestro objetivo, es contribuir desde el Sector Sanitario  a las importantes actuaciones, preventivas, asistenciales y de intervención social.
   Por todo ello, y para finalizar sólo me queda transmitir un mensaje de aliento al profesional sanitario, cuya labor es insustituible en este ámbito.